viernes, 19 de marzo de 2010

LA ENSEÑANZA DE UN GIRASOL

Dicen que el girasol se llama así porque siempre su flor esta dirigiendo todo su esplendor hacia donde está el sol, hacia ese lugar donde encuentra calidez y luz. Ello me consta, tengo algunas de estas plantas que tienen unas flores inmensas de aproximadamente 30 cm., son de un amarillo intensó que pareciera que hubieran atrapado los rayos del sol y los hubiera resumido en sus pétalos y en sus estambres. La reacción de la flor del girasol, de dirigir toda su belleza al sol es una reacción natural de esta planta. Aunque para ser más específicos, en algunos casos, por la posición de la planta, no gira siguiendo directamente al sol, solo se inclinan, y lo hace para lograr la fotosíntesis, de esta manera toman los rayos del sol que le proporcionan energía y vitalidad. Es así que la luz y el calor contribuyen a que esta tenga esa belleza particular. La reacción de la flor de esta planta y de otras, no dista mucho de la reacción de los seres humanos.


Mi amigo Lucho a pesar de los varios años transcurridos, no ha podido olvidar a su ex enamorada, bastan 4 cervezas para verlo lamentarse hasta las lagrimas, causando incomodidad a los que lo acompañamos, mientras entre lamentos se pregunta porque ella lo dejo. Ahora, después de varios años ya acepta que teníamos razón cuando le augurábamos que esto ocurriría si seguía comportándose así con Beatriz. Su comportamiento era déspota, desinteresado, machista, frio, autosuficiente, y hasta sus actos lindaban con lo agraviante. Él actuaba así, porque se sabía el galán irremplazable para la aun adolescente Beatriz. Pero ella un buen día se canso, descubrió que él no era su sol, que solo era una ficción, un reflejo que no daba luz, que no daba calidez, y entonces su atención como la flor del girasol, giro hasta encontrar ese sol que necesitaba. Después de un tiempo Beatriz ya había olvidado a mi amigo Lucho y se le veía andar con otro chico, derrochando felicidad, más reluciente que nunca, si hasta me dio gusto verla así, porque ella era una linda chica que merecía que valoren ese amor que sabía dar. Lucho los primeros días como sospechábamos, dijo que no le importaba porque nunca la quiso de verdad, pero luego de unos meses sintió el peso de la ausencia de Beatriz, un peso que hasta hoy carga con llanto incontrolable cuando está entre copas, un peso que aun lo hiere como castigo por pecar de hipócrita y negarse al amor.


Una vez llego una señora al juzgado, para ver la situación de sus dos hijos, ambos acusados de robo, ella se quejaba del comportamiento de los chicos, quienes se paran metiendo en problemas, según ella por andar en mala junta. En los exámenes psicológicos hecho a los adolescentes salió falta de sensibilidad, y distorsión de la realidad. Indicaron los psicólogos que era consecuencia de la falta de atención y cariño en el proceso de crecimiento de los niños. A la madre se le pregunto el motivo de la desatención, de porque no paso más tiempo con sus hijos, ella indico que solo tenía tiempo para trabajar y llevar dinero a la casa, pues era madre soltera, por eso dejaba a los niños con la tía, ¡pero nunca le falto alimento y los mandaba siempre al colegio! repetía una y otra vez la señora, como si eso fuera suficiente. Por cierto la situación de aquella señora no era tan crítica cuando la conocimos, tenía dos autos que alquilaba para taxi, una combi y un negocio en el mercado. Ahora por más que la madre les pedía a sus hijos que cambien, estos no lo hacían, ella había perdió el cariño, el respeto y la autoridad ante sus hijos. Una vez más como en el ejemplo de los girasoles, la madre se olvido de ser el sol, y los girasoles que tenía frente a ella terminaron cambiando de dirección.

Leí alguna vez que al igual que el girasol, las personas por instinto siempre solemos dirigir y brindar lo más bello de nuestro ser a donde nos proporcionan calidez, luz; es como una retribución que fluye natural a quienes nos muestran un aprecio sincero. Todos necesitamos que nos den atención, todos necesitamos ser iluminados y que nos brinden calor. Cuando estas necesidades no son cumplidas, conscientemente o a veces sin darnos cuenta, terminamos desviando nuestra atención, nuestra pasión, nuestro amor; porque a nadie le gusta tener en frente solo tinieblas. De otro lado, también cumplimos la función del sol para mucha gente, como nuestra familia, nuestros amigos o nuestra pareja, por lo que debemos de cuidar siempre de proveerlos de luz y calor. De no hacerlo podría ocurrir lo que le sucedió a Lucho, o a la madre del juzgado y lo que también alguna vez me ocurrió a mí, cuando deje que una flor de girasol cambie de dirección.

martes, 9 de marzo de 2010

Acaso no es cierto...


Dime tú:

Acaso no es cierto que eres tú la que tiene esa rara costumbre de darlo todo sin pedir nada a cambio.
Acaso no es cierto que donde los demás no encontraban nada, tú ibas y lo encontrabas todo, respuestas, sonrisas, caminos.
Acaso no es cierto, que sueles postergar tu tiempo para irte a arreglar el de otros.
Acaso no es cierto que cuando yo me encontraba perdido en lúgubres laberintos, tú saltabas de no sé donde y me ayudabas a encontrar el camino.
Acaso no es cierto que era tuya la firmeza, la calma y las palabras de aliento cuando bordeábamos algún abismo.
Acaso no es cierto que alguna vez, hablando de las cosas que se hacen por amor, descubrimos que tenías un corazón inmenso.
Acaso no es cierto que una tarde, al encontrarme sentado a la orilla de un camino, postergaste todo lo que hacías y me dijiste, ¡aquí estoy mi amigo!.
Acaso no es cierto que una mañana me decías ¡me quede sin trabajo! y en la tarde ya habías conseguido más de cuatro.
Acaso no es cierto que dejaste todo, la noche en la que habías planeado tanto divertirte, para pasarla en la sala de emergencia esperando a que curen a tu magullado amigo.
Acaso no es cierto que mientras los otros dudaban en dar un paso para buscar algo, tú decidida como siempre, ya volvias trayendo mucho más de lo que se tenía planeado.
Acaso no es cierto que esas tus palabras, las que salen graciosamente sin control de tus labios, son tan puras que nunca dejan heridos, solo encienden luces en los oscuros caminos.
Acaso no es cierto todo eso,

Entonces no me digas que dentro de ti no hay cosas que valgan, y no me pidas que me vaya dejandote aquí sentada, empapada de angustia y con esa mirada extraña. No sé lo que te pasa y sospecho que de ello no me dirás nada, pero no importa, solo no me pidas que me vaya y te deje en medio de la nada. Ahora, toma mi mano, levántate y vamos, te acompañare a casa.